miércoles, noviembre 23, 2005
PELÍCULAS QUE DEJAN ALGO...
Quise agregar también otras películas como
"Cuando un hombre ama a una mujer",
"Cinderella Man" y "Forrest
Gump" , pero no supe
cómo hacerlo... Me gustan estos títulos, porque creo que cada una de estas películas
tocan un tema importante, el amor de pareja, la familia, la discapacidad, la infancia, la fidelidad, el amor de padre y madre, etc.....
¿Qué películas son importantes para ustedes? ¿por qué?... espero sus opiniones y sugerencias....de paso, aprovecho de ver las que ustedes me recomienden.
domingo, noviembre 20, 2005
SALUDOS DESDE CHILE A ESPAÑA!
Mi Ro!!! fue bkn poder hablar contigo y ver que estabas tan bien allá en España!. Nosotras estamos muy bien, aunque echándote mucho de menos!!! pero falta muy poco para vernos, asi que paciencia.... Te mando un beso y un abrazo gigante... te quiero mucho. Cata
PD: Ante el riesgo de demanda.....jajajaja
miércoles, noviembre 16, 2005
MI METRO CUADRADO
Autobiografía
"Al final del camino de la vida no te preguntarán "qué tienes", sino "quién eres" ¿Cuál será tu respuesta?" René Juan Trossero
Nací en Coyhaique, al sur de Chile, un día de verano de 1981. Específicamente el 3 de febrero. Fui parar al sur porque mi papá, Eugenio Domínguez, ejercía como técnico forestal y otros varios (vendedor de leche, quesos y demases) y cuando se casó con mi mamá, Bernardita González, se fue con él para allá. Vivíamos en el campo y ahí fueron naciendo mis otros hermanos, Eugenio, que hoy tiene 23 años y estudia arquitectura y Bernardita, de 20 y estudiante de pedagogía. Fui al Jardín Campanita y en kinder y pre kinder al Matter Dei. En 1986 nos vinimos a Santiago, entre otras cosas, porque nosotros ya entrábamos al colegio, y mi mamá ya no soportaba que el agua se congelara apenas salía de la llave.
En la “capital” entré al Colegio Cumbres, donde estuve de primero básico a cuarto medio. Como alumna fui más bien “del montón” aunque cojeaba en matemáticas, física y química… ramos que, a pesar de los esfuerzos de las profesoras de los respectivos ramos, nunca entendí. Entre medio de mi ruta escolar nacieron mis otros hermanos: Constanza, que hoy tiene 15 años y las mellizas, Sofía y Teresita, de 10, que llegaron a cambiarnos todo el esquema de vida. Debido al aumento repentino de la familia la casa que vivíamos en ese entonces nos quedó chica, por lo que nos cambiamos a otra cerca del colegio, que hace tiempo que ya no estaba en San Crescente.
Pertenezco a una familia unida y católica, muy aclanada y tradicional, de esas que almuerza junta los domingos. A mí me gusta que sea así, aunque a medida que voy creciendo busco una independencia que a veces es difícil encontrar en una familia grande, donde no se puede cerrar la puerta de la pieza (porque es compartida) para estar sola un rato. A veces he pensado en irme a vivir con una amiga cuando trabaje, pero sé que sería difícil acostumbrarme a no escuchar la flauta de las mellizas cuando llegue a mi casa y no comer las cosas ricas que hace mi nana. Además, nos juntamos siempre con mis tíos y primos de los dos lados (mi papá tiene 11 hermanos y mi mamá sólo dos) y mis abuelos de parte de mi mamá que todavía viven y tiene para mucho rato más.
Al salir de cuarto medio yo ya tenía definida mi vocación: quería ser periodista. Gracias a Dios nunca tuve problemas vocacionales, aunque en primero básico había pensado en ser bailarina y hasta octavo estuve convencida de que párvulos era lo que quería estudiar. Pero finalmente me convencí de que ya no tenía los pies de bailarina ni la paciencia para cuidar niños y que lo que más me gustaba en la vida era escribir. Entré a la Universidad de los Andes. Ahí hice muchos amigos y muy buenos, fue una época de pasarlo muy bien pero también de mucho estudio que algunas veces no rindió el resultado esperado. Los ramos prácticos fueron los que más me costaron y Taller de Medios, en tercero, que juntaba radio, televisión y prensa escrita en un solo ramo, fue mi pesadilla. Finalmente, terminé la tesis (otra pesadilla), una comparación de las secciones Sociedad de El Mercurio y Tendencias, de La Tercera y la defendí. Hice la práctica en la Revista Paréntesis, una experiencia increíble, donde tuve el mayor orgullo de mi vida: la publicación del artículo “El hijo distinto”, escrito por mí. Terminé el proyecto de título, la memoria anual de la Fundación Rodelillo, y me titulé en julio. Actualmente estoy buscando trabajo, ufff…no ha sido fácil, parece que en Chile hay 10 periodistas por metro cuadrado, pero bueno, hay que tener paciencia, ya saldrá algo. Creo que las cosas llegan cuando tienen que llegar, cuando uno está preparado para enfrentarlas, así que todavía me queda un poco de paciencia para seguir buscando.
¿Cómo me defino? Como una persona alegre, simpática, de muchos amigos, impulsiva, mal genio, esforzada, amiga de sus amigos, cariñosa, entregada y expectante ante los desafíos que se abren ante la perspectiva del comienzo de la vida laboral. No sin miedo empiezo esta etapa, aunque también con muchas ganas de vivir esta nueva experiencia.
No tengo todavía seguridad sobre lo que me dedicaré en el futuro, me gustaría escribir en una revista o en un diario, producir un programa de televisión o trabajar en una empresa; estoy abierta a todas las posibilidades (menos trabajar al frente de una cámara, la verdad). Lo que si sé es que me gustaría dedicarme a escribir, escribir y escribir, escribir, escribir….bueno, escribir.
¿Mis sueños? Publicar un libro, encontrar a una persona con quien compartir toda mi vida , formar una familia como la mía y realizarme como profesional, en resumen…ser feliz, no mucho ¿no?. Y tengo toda la vida por delante para realizarlos…tiempo suficiente ¿no? Voy a empezar AHORA.
"Al final del camino de la vida no te preguntarán "qué tienes", sino "quién eres" ¿Cuál será tu respuesta?" René Juan Trossero
Nací en Coyhaique, al sur de Chile, un día de verano de 1981. Específicamente el 3 de febrero. Fui parar al sur porque mi papá, Eugenio Domínguez, ejercía como técnico forestal y otros varios (vendedor de leche, quesos y demases) y cuando se casó con mi mamá, Bernardita González, se fue con él para allá. Vivíamos en el campo y ahí fueron naciendo mis otros hermanos, Eugenio, que hoy tiene 23 años y estudia arquitectura y Bernardita, de 20 y estudiante de pedagogía. Fui al Jardín Campanita y en kinder y pre kinder al Matter Dei. En 1986 nos vinimos a Santiago, entre otras cosas, porque nosotros ya entrábamos al colegio, y mi mamá ya no soportaba que el agua se congelara apenas salía de la llave.
En la “capital” entré al Colegio Cumbres, donde estuve de primero básico a cuarto medio. Como alumna fui más bien “del montón” aunque cojeaba en matemáticas, física y química… ramos que, a pesar de los esfuerzos de las profesoras de los respectivos ramos, nunca entendí. Entre medio de mi ruta escolar nacieron mis otros hermanos: Constanza, que hoy tiene 15 años y las mellizas, Sofía y Teresita, de 10, que llegaron a cambiarnos todo el esquema de vida. Debido al aumento repentino de la familia la casa que vivíamos en ese entonces nos quedó chica, por lo que nos cambiamos a otra cerca del colegio, que hace tiempo que ya no estaba en San Crescente.
Pertenezco a una familia unida y católica, muy aclanada y tradicional, de esas que almuerza junta los domingos. A mí me gusta que sea así, aunque a medida que voy creciendo busco una independencia que a veces es difícil encontrar en una familia grande, donde no se puede cerrar la puerta de la pieza (porque es compartida) para estar sola un rato. A veces he pensado en irme a vivir con una amiga cuando trabaje, pero sé que sería difícil acostumbrarme a no escuchar la flauta de las mellizas cuando llegue a mi casa y no comer las cosas ricas que hace mi nana. Además, nos juntamos siempre con mis tíos y primos de los dos lados (mi papá tiene 11 hermanos y mi mamá sólo dos) y mis abuelos de parte de mi mamá que todavía viven y tiene para mucho rato más.
Al salir de cuarto medio yo ya tenía definida mi vocación: quería ser periodista. Gracias a Dios nunca tuve problemas vocacionales, aunque en primero básico había pensado en ser bailarina y hasta octavo estuve convencida de que párvulos era lo que quería estudiar. Pero finalmente me convencí de que ya no tenía los pies de bailarina ni la paciencia para cuidar niños y que lo que más me gustaba en la vida era escribir. Entré a la Universidad de los Andes. Ahí hice muchos amigos y muy buenos, fue una época de pasarlo muy bien pero también de mucho estudio que algunas veces no rindió el resultado esperado. Los ramos prácticos fueron los que más me costaron y Taller de Medios, en tercero, que juntaba radio, televisión y prensa escrita en un solo ramo, fue mi pesadilla. Finalmente, terminé la tesis (otra pesadilla), una comparación de las secciones Sociedad de El Mercurio y Tendencias, de La Tercera y la defendí. Hice la práctica en la Revista Paréntesis, una experiencia increíble, donde tuve el mayor orgullo de mi vida: la publicación del artículo “El hijo distinto”, escrito por mí. Terminé el proyecto de título, la memoria anual de la Fundación Rodelillo, y me titulé en julio. Actualmente estoy buscando trabajo, ufff…no ha sido fácil, parece que en Chile hay 10 periodistas por metro cuadrado, pero bueno, hay que tener paciencia, ya saldrá algo. Creo que las cosas llegan cuando tienen que llegar, cuando uno está preparado para enfrentarlas, así que todavía me queda un poco de paciencia para seguir buscando.
¿Cómo me defino? Como una persona alegre, simpática, de muchos amigos, impulsiva, mal genio, esforzada, amiga de sus amigos, cariñosa, entregada y expectante ante los desafíos que se abren ante la perspectiva del comienzo de la vida laboral. No sin miedo empiezo esta etapa, aunque también con muchas ganas de vivir esta nueva experiencia.
No tengo todavía seguridad sobre lo que me dedicaré en el futuro, me gustaría escribir en una revista o en un diario, producir un programa de televisión o trabajar en una empresa; estoy abierta a todas las posibilidades (menos trabajar al frente de una cámara, la verdad). Lo que si sé es que me gustaría dedicarme a escribir, escribir y escribir, escribir, escribir….bueno, escribir.
¿Mis sueños? Publicar un libro, encontrar a una persona con quien compartir toda mi vida , formar una familia como la mía y realizarme como profesional, en resumen…ser feliz, no mucho ¿no?. Y tengo toda la vida por delante para realizarlos…tiempo suficiente ¿no? Voy a empezar AHORA.
DIARIO DE VIDA DE UNA MUJER SOLTERA
La vida es para vivirla de a 2. No sé si recién me di cuenta o realmente le tomé el peso a la verdadera dimensión de lo que significa esto. No lo puedo evitar. Tampoco puedo evitar la envidia, cuando veo a los pololos, maridos con sus señoras, andantes o amantes (uno nunca sabe) de la mano o abrazados. Nunca he pololeado, pero tampoco me lo había cuestionado mucho, no era algo que me atormentara la siquis, pero ahora es casi una tortura ser 1 cuando todos son 2. Ahora entiendo porque la Consuelo Aldunate está tan urgida de poner fin a su soltería (si hasta el Negro Piñera se casó….), y yo que tuve que admitir a regañadientes que en verdad me había aburrido de estar sola, después de haberlo negado sin parar durante toda mi vida…
Al mismo tiempo he confirmado lo que había sospechado desde siempre (a pesar de mi estado civil permanente) : la soltería no es una opción, por lo menos para los civiles comunes y corrientes . Lo de las mujeres ejecutivas – top, súper profesionales, tipo happy hour no me la creo: o te dejó el tren, la micro, el taxi o lo que sea, o te pasó por regodeona y te quedas, como se dice “vistiendo santos”. Pero ese, claramente, no es mi camino. No me quiero casar, soy demasiado joven, pero me llegan cada vez más partes con el nombre de Catalina Domínguez y acompañante…y acompañante? Que stress!!!! Es una tortura cada parte de matrimonio. Y eso que ya soy una experta en las citas a ciegas, al más puro estilo de una película gringa (de esas livianitas) y sigo igual, aunque con más experiencia sobre lo que, definitivamente, esta fuera de mis límites aceptar. Insisto, no tengo intenciones de matrimonio ni de broma, pero sí quiero que alguien me haga cariño y me abrace…alguien que no sen mi hermano y mi papá, claro. Hasta las radios son para 2 (FM2 con MP2 o Música para 2). Y cuando las amigas se ponen a pololear o se casan, y el violín comienza a desafinar de tanto tocarlo, la urgencia empieza a ser imperiosa. Y cuando los amigos de las amigas se agotan o son un fiasco y los hermanos no son una opción, no queda más que someterse a la tortura de las citas a ciegas. Sí, una tortura. Aunque lleve miles de citas a mi haber, nunca me deja de poner nerviosa pensando como será el ente que me vendrá a buscar. Quizás llegue con gel en el pelo, las mechas paradas y pintadas, al estilo Álvaro Ballero, con camiseta o pantalones negros y apretados, con sudadera o un chaleco con rombos....uno nunca sabe lo que lo espera abajo, al final de la escalera... O puede que algunas de estas características anteceda a una auto negro con radio ultramoderna y ultraluminosa, que se escuchan 4 cuadras a la redonda, llantas rojas y peluche en la antena, además del clásico perro bailarín. Aunque claro, las características siempre van juntas. Yo no soy muy exigente, lo juro, sólo quiero conocer a un gallo normal, soltero, sin anteriores compromisos ante el altar, ni hijos regados por el mundo....NORMAL, esa es mi única exigencia ¿¿¡¡¡es mucho pedir??!!!.
Alguien puede decir que hoy en día hay más medios para conocer a gente: Internet, pero la verdad es que, si es arriesgado que una amiga te presente a alguien sin conocerlo, más lo es conocer a alguien por chat, uno no sabe quién está al otro lado de la pantalla, ni cuantas mentiras te pueden decir...y si es verdad uno no tiene como comprobarlo. Además, uno se pone bastante más audaz de lo que es normalmente cuando no le tiene que mirar la cara al tipo al que le está hablando y se pueden llegar a decir cosas de las que después uno se puede arrepentir.
Debo confesarlo: el hecho de estar soltera exalta el juicio arbitrario sobre otros, más bien sobre otras, y logra reducir la lista de exigencias físicas a la mínima expresión. Es verdad, suelo juzgar a priori a las mujeres que están pololeando (¿cómo ella, con esa pinta, está pololeando? ¿pero que le habrá visto ese gallo tan mino a esa tipa?) , juicios sin ningún derecho, eso si. Y vamos bajando las exigencias: si antes tenia que tener máximo, 28 años, ahora un gallo de 32 no es tan tóxico, y si es pelado, que importa y los narigones son sexies...y así, suma y sigue.... Bueno y si no es tan conservador como yo ¿qué importa? ¿para que quiero una gallo igual a mi?.
Lo peor de todo es que esto se puede hablar, apenas, con las amigas del alma, porque uno no quiere pasar por desesperada, que se cuelga a todo lo que tiene pantalones o que la dejen de invitar a las casas de las amigas que tiene hermanos hombres mayores de 18. Tuve que aceptar a regañadientes que el tema ya no me era indiferente, que en verdad me importaba y estaba aburrida de estar sola. Pero admitirlo delante de alguien es un paso que hay que pensar antes de dar…uno se arriesga a que otras solteras, como me ha pasado, la mire a uno con cara de “se nota que estás desesperada” o finjan que no haber pololeado nunca les importa poco ((“bueno, ya llegará, y si no qué importa, me dedico a viajar, yo soy independiente” ) .Aunque uno termina por no creerles , de primera, uno tiende a pensar que quizás , es malo mostrar debilidad y , por otro lado, que tienen razón ¿quién necesita a los hombres? Pero, que va, es una realidad: por algo Dios nos hizo hombre y mujer , complementarios y con atracción el uno hacia el otro.
Ya descarté la posibilidad del flechazo, ese que muestran las películas, las teleseries, eso de encontrarse con el tipo por casualidad, mirarlo y saber que es el hombre de tu vida o cursilerías de ese estilo, aunque mi subconsciente siga abrigando esa posibilidad. Para qué lo voy a negar: me encantó Un paseo por las nubes y no encuentro nada más romántico que conocer a alguien en una situación tipo Máxima Velocidad, hasta la fama de maricón de Keanu Reeves se la perdonaría.
Ya estoy aburrida de tomar la iniciativa, de ser yo la que invito al matrimonio, a ver una película o al Mc Donald (algo que antes jamás hubiera hecho), de pedirle a mis amigas que me presenten a alguien o de colarme en los cumpleaños de las amigas de mis amigas pensado que quizás ahí va a haber algún soltero interesado en conocer a alguien simpático, interesante, amorosa, agradable y físicamente potable…como yo. Y si resulta que tuviste suerte, que ese día andabas con un aura positiva y las 4 horas frente al espejo sirvieron de algo, resulta que uno sale con el gallo , una o dos veces y cuando uno ya lo está empezando a encontrar el tipo ideal (y le perdonas cosas como que se queje de que caro es el lugar al cual te llevó) , te deja de llamar. Uno, como santa h... esperando que suene el teléfono. O el gallo que, en contra de tu ética, conociste por chat, te invita a salir, (sólo después de que las indirectas son demasiado evidentes) y después de que te conoció no te llamó más. Para subirte el autoestima puedes pensar que no era para ti, o si ya la tiene lo suficientemente alta, el tipo simplemente no te merecía ( y empieza la enumeración de defectos por los cuales jamás podrías haber pololeado con él). Por mientras puedo seguir esperando, fijándome en casi todo lo que tenga pantalones (mayor de 20 años, todavía me queda algo de dignidad) y viendo teleseries y películas románticas y pensando que puede que así son las cosas... ¿qué importa? Si total tengo 24 años y aún puedo esperar. Aunque claro, una ayudita de parte de mis amigas no me haría nada de mal. No crean que estoy desesperada, sólo les paso el dato.
martes, noviembre 15, 2005
PROFESIÓN: DESEMPLEADA
Nunca pensé que iba a ser tan aburrido estar deseamplada (término más suave para la palabra cesante que, al final, significa lo mismo) . Cuando estaba en tercero en la Universidad quería estar en cuarto, y en cuarto quería estar en quinto y en quinto quería salir. Cuando por fin tuve mi título en la mano, después de transpirar con taller de medios, demorarme dos años en hacer la tesis y ver peligrar mi proyecto de título por un DETALLE tan nimio como que la profesora (bastante inoportuna, por decir lo menos) no lo encontraba periodístico, jeje, que tierna ella, sólo quise salir arrancando y no ver la Universidad ni en fotos. Aunque mi mamá insistió en que quería enmarcar el título y casi que ponerlo en living, abrí el último cajón del escritorio, lo puse debajo de todos los papeles y ahí quedó.
Y decir ahí quedó no es una metáfora. El título sigue ahí porque todavía no he podido ejercer la profesión que tanto sudor me costó. Sin dramas, llevo 5 meses buscando (seriamente) algo a lo que dedicarme. Por mientras, nada de mal me iban a hacer unas pequeñas vacaciones luego de 6 años de intenso estudio y reporteo.
Pero de vacaciones ¡¡¡nada!! No sé porque a mis papás les empezaron a surgir las “ideas” desde mi primer día de desempleo. El verbo “poder”, antecedida de “tú que no tienes nada que hacer”, se empezó a conjugar frecuentemente en segunda persona “tú podrías”, y seguida por un “lavar el auto, ir a buscar a los niños al colegio, inscribirte al gimnasio, pasar la aspiradora, ir al supermercado a hacer las compras del mes, hacer el almuerzo, planchar la ropa…” y muchos etcétera.
Ya, esta bien, no es que me moleste ayudar a mi mamá en todo lo que necesite (por que á mi nana se le ocurrió irse a Perú justo ahoraaaaaa!!), pero paren con las ideas PORFAVOR.
Aburrida de no hacer nada me estuve paseando por una de esas calles ultra cuicas de la ciudad ofreciéndome como vendedora de tienda y me resultó, estuve un tiempo de vendedora, pero como seguía buscando trabajo y el dueño quería a alguien seguro para el verano (además de que entre mis cualidades no está la de vender, digamos la verdad) estoy nuevamente cesante desde ayer.
Así que últimamente estoy de lo más concentrada en buscar una pega. Me he convertido en una viciosa de todos los buscadores de empleos que hay en Internet, he leído toda la información sobre qué responder en la primera entrevista, que gestos evitar, estrés laboral, cómo hacer un buen currículum (¿porque la gente no se pondrá de acuerdo?), miedo al fracaso, motivación laboral, capacitación, gana lo que te mereces y todo eso. Cualquier cosa, con tal de no seguir siendo la “profesional del servicio” de mi casa. Porque de angelito ya me queda poco.
BIENVENIDOS
Hola como están???. Bienvenidos a mi blog. Pucha que me costó decidirme, pero aquí está. No me he presentado, me llamo Catalina Domínguez, tengo 24 años,soy Periodista y Diplomada en Filosofía, actualmente desempleada.
Crear este blog fue una inquietud que mi amiga Carola Requena me creó.Y lo pensé. Lo pensé mucho, pensaba ¿que tengo yo que contar que sea interesante como para que los demás se metan a leerlo?, pero después me convencí de que todos los jóvenes tienen algo que contar, y me atrajo la idea de crear un sitio donde plantear mis inquietudes que pueden ser las mismas que la de una joven normal. Por eso, este sitio no busca ser un derroche de intelectualidad sino un intercambio de opiniones sobre temas tan diversoso como actualidad (soy periodista al fin y al cabo), amor, filosofía, música, cosas cotidianas. Al fin y al cabo, el día a día trae sus propios problemas, desfíos e inquietudes y como dice mi amiga Coto "a cada día su propio afán".
El nombre del sitio no es original, lo saqué del libro de Lou Marinoff "Más Platón y menos Prozac", que, aunque, confieso, no me he leido (es una de mis tareas pendientes) me identifica. ¿Por qué? siento que refleja lo que es la sociedad de hoy, donde todos los problemas los intentamos resolver de manera rápida y muchas veces no somos capaces de ir más allá. Así, si estamos gordos, queremos hacernos una cirugía (no tengo nada en contra de ella, de todas maneras), en vez del esfuerzo que muchas veces nos puede significar una dieta; o si tenemos un problema, o estamos un poco bajoneados (a todos nos ha pasado) tomamos remedios, en vez de buscarle un sentido más profundo a nuestra vida. Eso es, más que nada.
Bueno, aquí está, espero que les guste.
Cata Domínguez
Crear este blog fue una inquietud que mi amiga Carola Requena me creó.Y lo pensé. Lo pensé mucho, pensaba ¿que tengo yo que contar que sea interesante como para que los demás se metan a leerlo?, pero después me convencí de que todos los jóvenes tienen algo que contar, y me atrajo la idea de crear un sitio donde plantear mis inquietudes que pueden ser las mismas que la de una joven normal. Por eso, este sitio no busca ser un derroche de intelectualidad sino un intercambio de opiniones sobre temas tan diversoso como actualidad (soy periodista al fin y al cabo), amor, filosofía, música, cosas cotidianas. Al fin y al cabo, el día a día trae sus propios problemas, desfíos e inquietudes y como dice mi amiga Coto "a cada día su propio afán".
El nombre del sitio no es original, lo saqué del libro de Lou Marinoff "Más Platón y menos Prozac", que, aunque, confieso, no me he leido (es una de mis tareas pendientes) me identifica. ¿Por qué? siento que refleja lo que es la sociedad de hoy, donde todos los problemas los intentamos resolver de manera rápida y muchas veces no somos capaces de ir más allá. Así, si estamos gordos, queremos hacernos una cirugía (no tengo nada en contra de ella, de todas maneras), en vez del esfuerzo que muchas veces nos puede significar una dieta; o si tenemos un problema, o estamos un poco bajoneados (a todos nos ha pasado) tomamos remedios, en vez de buscarle un sentido más profundo a nuestra vida. Eso es, más que nada.
Bueno, aquí está, espero que les guste.
Cata Domínguez
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